
¿Qué tan necesario e importante es aprender a decir "no"?
Hoy aceptas ir a una reunión a la que no tienes muchas ganas de asistir, sólo
por satisfacer a un familiar político. Mañana accedes a ser parte de un
proyecto que en el fondo no te interesa sólo por complacer a los demás. ¿Te resulta
difícil y te implica una sobrecarga el no poder rechazar las peticiones ajenas?
¿Responden tus acciones muchas veces a lo que otros esperan de ti y no a lo que
tú deseas? ¿Por qué a muchas personas les cuesta tanto decir "no"?
Sin duda cada uno pueda encontrar un motivo diferente, según la propia
personalidad y las circunstancias. Sin embargo, sí es posible y saludable
satisfacer nuestros auténticos deseos sin herir a los demás.
[Imagen: Cieleke/freeimages.com]
El aprender a decir “no” es entre otras cosas, un proceso de autodescubrimiento es
inevitable preguntarnos, ¿qué es lo que tememos que ocurra?, ¿ante qué sujetos
o situaciones específicas nos cuesta más negarnos? A algunos les preocupa
causar una buena impresión a los demás y se esmeran esperando que les mantengan
en buen concepto. Otros optan por acceder para evitar discusiones, sentirse
culpables, por inseguridad o temer afrontar miedos en general como a
equivocarse. Sin embargo, así se va perdiendo una
valiosa oportunidad de crecer.
Como hemos visto en más de un artículo, poner por escrito los propios
sentimientos y pensamientos es más útil y revelador de lo que puede parecer.
Te propongo el siguiente
ejercicio:
* Con bolígrafo y papel en mano, divide una hoja en estas tres columnas;
Situación, Pensamientos y Emociones. Anota respectivamente la situación que se
te presenta y a la que te cuesta negarte; los pensamientos que te surgen,
incluyendo temores, deseos propios, etc.; y finalmente las emociones que estos
pensamientos te provocan.
Muchas personas afirman experimentar una sensación de alivio al terminar
el ejercicio, ya sea en consulta o como tarea domiciliaria. A veces se
sorprenden por encontrar cosas que no esperaban que salieran. Este ejercicio nos
permite pensar lo que escribimos, cuestionar qué tan reales son nuestros
temores y detectar posibles errores cognitivos en nuestro razonamiento. Algunos
de ellos pueden ser:
* Abstracción selectiva. Se trata de arribar a una conclusión luego de
examinar sólo una pequeña parte de la información disponible, ignorando otros
datos importantes a fin de confirmar una visión tendenciosa de la situación.
* Inferencia arbitraria. Consiste en llegar a una conclusión sin ninguna
evidencia o basándose en evidencias contradictorias.
* Personalización. Aquí es cuando relacionamos eventos externos con nosotros
mismos contando con poco o ningún fundamento para ello, y asumiendo una
responsabilidad excesiva por acontecimientos negativos.
* Maximización y minimización. Es la exageración o minimización de la
importancia de una característica, sensación o evento.
* Pensamiento dicotómico, del tipo “todo o nada”. Sucede
cuando nuestros juicios sobre nosotros mismos o sobre nuestras experiencias con
los demás, son divididos en dos categorías opuestas. Totalmente buenos o
totalmente malos, lleno de defectos o perfecto, éxito o fracaso total.
Decir "no"
en las ocasiones necesarias es fundamental para la salud psico-física. Cuando
una conducta inconveniente es mantenida durante largo tiempo, resulta oportuno
preguntarse si de alguna manera se percibe algún beneficio por mantenerla. Por
ejemplo, dejarse llevar por los demás o por las circunstancias, puede resultar
más sencillo que pensar por uno mismo. En la próxima entrega veremos algunos
puntos que pueden facilitar nuestro camino en el proceso de aprender a decir
"no".