En varias ocasiones, un poco en broma y bastante en serio, he comentado que la vida cotidiana en cierta forma me recuerda a las pestañas, las cuales están tan cerca de los ojos que no las vemos. Nuestros pensamientos, sentimientos y decisiones diarias, requieren más atención de lo que puede parecer ya que casi sin darnos cuenta, juegan un papel importante en la construcción de nuestra vida. ¿Qué peso suele tener la resiliencia, esa capacidad de adaptarse, aprender y superar la adversidad cuando abordamos situaciones que sin ser extremas son complejas (como un cambio de trabajo o país, el fin de una relación, entre otras) y apelan también a nuestra creatividad?
La capacidad de resiliencia, centrada en la creatividad en lugar de en las dificultades, además de hacernos sentir mejor, brinda la suficiente calma para tomar mejores decisiones, mientras nos aleja del estrés. Una técnica conveniente para analizar detalladamente circunstancias complejas, suele ser buscar cual detective, todas las “evidencias” sin sacar conclusiones apresuradas, contemplando el acontecimiento de la manera más amplia y objetiva posible. Podemos procurar entonces, relacionar las alternativas de cambio con nuestros puntos fuertes, aquellas fortalezas de carácter y aspectos en que nos destacamos.
En esta línea, la técnica "lluvia de ideas", muy comúnmente empleada por quienes tienen un trabajo que les demanda creatividad, ayuda mucho a dejar volar la imaginación y acceder a varias alternativas diferentes. Se van registrando todos los pensamientos que vienen a la mente y luego se escogen o combinan los más viables. Esta técnica, suele ser más efectiva cuando se la realiza en un ambiente distinto al habitual, por ejemplo si actualmente pasas mucho tiempo en tu casa ve con cuaderno y bolígrafo a un parque, una plaza o un café desde donde puedas disfrutar de una bella vista, ya que el salir de la rutina contribuye a que emerjan ideas novedosas.
Solicitar la opinión ajena, permite beneficiarse del punto de vista y sugerencias de los demás. Aquí, es conveniente preguntarse acerca de la confianza y credibilidad de la persona a quien consultamos, si la consideramos generalmente sensata o no y por qué, y qué interés tendría en ayudarnos.
Detenernos a cuestionar la vida cotidiana, los pensamientos y la forma en que tomamos decisiones habitualmente, es parte de la capacidad de resiliencia que resulta aún más necesaria ante desafíos que implican nuestra creatividad.