martes, 30 de octubre de 2012

Hiperactividad infantil: características y tratamiento

hiperactividad infantil caracteristicas y tratamiento
Hiperactividad infantil, es actualmente un término muy nombrado en los medios de comunicación, asociado a un niño que casi no puede quedarse quieto y que en ocasiones desespera a maestros y padres. Pero, ¿en qué consiste?, ¿cuáles son sus características y tratamiento?

[Imagen: photostock/FreeDigitalPhotos.net]

La definición de hiperactividad infantil, presenta un terreno bastante controvertido, donde se entrecruzan perspectivas y conceptos de distintas disciplinas. Por ejemplo, los psiquiatras la señalan como un trastorno donde existe impulsividad, falta de atención y excesiva actividad motriz. Luego los neurólogos, se enfocan en deficiencias de neurotransmisores en el cerebro, noradrenalina y dopamina, que entre otras cosas permiten controlar la impulsividad. Y a su vez, desde la pedagogía se vincula la hiperactividad infantil con dificultades perceptivas y de aprendizaje. Sin embargo, numerosos expertos concuerdan en definirla como un síndrome con una probable causa biológica, relacionada a alteraciones en el cerebro que pueden deberse por ejemplo, a una lesión o factores hereditarios.

**Déficit de atención con hiperactividad: puede diagnosticarse una vez que el pequeño comienza su escolarización, a partir de los 6 o 7 años. Es común que las maestras señalen que es muy inquieto en clase, que hace lo que quiere y su conducta se diferencia de la de sus compañeros, por ejemplo, no pudiendo permanecer en su asiento por mucho, culpando a otros de sus errores o intentando interactuar cuando es momento de trabajar. Asimismo, al niño hiperactivo suele costarle  terminar los ejercicios, memorizar y aplicar lo aprendido, calcular, leer y escribir. Este escenario en sí, no dice nada acerca de su inteligencia, ya que puede presentar estas características aún teniendo una normal, normal – alta o alta.

**Tratamiento: El tratamiento, comprende fármacos y técnicas de cambio conductual que permiten que el pequeño permanezca sentado por más tiempo, se concentre en tareas y se relaje. Consultar cuanto antes, posibilita diagnóstico temprano que contribuye entre otras cosas, a adoptar medidas para proteger la autoestima del niño, haciéndolo sentir comprendido y aceptado.

Un ejemplo de técnica cognitiva que apunta a controlar la impulsividad e hiperactividad, es la de la Tortuga, donde este personaje tan común en la literatura infantil, es asociado a una espera reflexiva, a resguardarse dentro del caparazón y tranquilizarse, mientras se piensa en diferentes opciones para resolver un problema y recién entonces se elije una. Esta técnica se divide en 4 etapas.

1) El terapeuta le comunica al niño la nueva estrategia que van a aprender, a través de un cuento donde una tortuga experta, aconseja a otra en una tarea que le resulta difícil. Esta fase se centra en evitar la impulsividad y enseñar al pequeño a relajarse y esperar.

2) Se realizan ejercicios de tensión - distensión para entrenar la relajación.

3) Se define y delimita claramente la situación problema, se piensa en diferentes opciones considerando sus consecuencias, para realizar la que parezca más conveniente. Luego se evalúan los resultados, aprendiendo tanto de los aciertos como de los errores.

4) Por último, el objetivo es que el niño adopte permanentemente la estrategia que aprendió. Aquí juegan un importante papel los padres, educadores y otros familiares, ya que pueden por ejemplo mediante su reconocimiento y felicitación, reforzar el comportamiento más reflexivo del niño.  

**Simultáneamente, en líneas generales, es posible señalar algunas medidas que los padres pueden adoptar antes de los 6 o 7 años:

* elogiar sus buenas conductas y brindarle pequeñas recompensas

* masajes relajantes

* planificar una rutina familiar ordenada

* enseñarle a dividir las tareas en partes y realizarlas una a la vez

* el contacto físico como palmaditas, mirarlo a los ojos, es una estrategia cariñosa y efectiva para captar su atención


**Si se realiza el diagnóstico, se pueden sumar:

* minimizar los elementos ambientales que puedan distraerlo cuando realice tareas escolares

* cuando presente una conducta negativa, señalarle siempre tranquilamente, que no debe hacerlo

* también con calma, repetir explicaciones las veces necesarias, en especial si se trata de tareas nuevas

* asegurarse de que comprende lo que se le dice

* establecer pautas de comportamiento claras y adherirse a las mismas

Es necesario que los padres comprendan que ni ellos ni el pequeño son culpables de su impulsividad e hiperactividad, simplemente no está pudiendo actuar de otra forma. Cuando se perciben estas características de comportamiento, además de que el niño comience pronto un tratamiento, es conveniente buscar un grupo de padres que vivan la misma situación, e incluso buscar un espacio terapéutico propio para la pareja, a fin de trabajar conflictos en la misma y sentimientos de culpa y frustración que muchas veces surgen al convivir con la hiperactividad infantil