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Las técnicas de relajación tienen notorios efectos psico-físicos, ¿cómo
es ello posible? ¿Cuál es el vínculo entre la relajación física y la emocional?
Aún sin la intención de tranquilizarse, una persona que simplemente relaja sus
músculos comienza a notar también como reacción automática, una creciente
distensión emocional. Profundicemos hoy un poco más sobre los efectos de las
técnicas de relajación y nuestra respuesta global ante el estrés.
"Póngase cómodo y cuando esté listo cierre los ojos. Tome una
respiración profunda, respire tranquilamente, respire en paz. Sienta cómo su
cuerpo se relaja más y más, desde la cabeza a los pies, mientras con cada
inhalación entran nuevas energías y con cada exhalación salen sus
preocupaciones."
De esta manera suelen comenzar los ejercicios de relajación. Se le pide
a la persona que respire profundamente, controlando la inhalación y exhalación,
enfatizando también en la respiración abdominal, acompañando luego con alguna
palabra o mensaje que ayude a serenarse como "paz" o "todo está
bien". Es muy común que se sugiera imaginar algún sitio tranquilo y bello,
donde el sujeto pueda sentirse a gusto y a salvo, como una playa o un campo.
Hace unos días compartía en las redes sociales, una técnica de
relajación basada en el método que el Dr. Edmund Jacobson publicó en 1929 y que
es aún uno de los más empleados en tratamientos psicológicos. La relajación
muscular progresiva publicada por el médico estadounidense, consiste en
contraer de forma voluntaria varios músculos del cuerpo como los de los brazos
y piernas, y una vez que están tensos se libera la tensión lo más posible. Este
contraste, permite a la persona devenir más consciente de la diferencia entre
su cuerpo tenso y relajado.
Nuestro organismo está genéticamente programado para reaccionar ante las
situaciones que percibimos como amenazantes. Tanto los cambios en el cuerpo
como la vivencia psicológica de estar en peligro, integran la misma reacción.
Respondemos a estímulos reales o imaginarios con una única respuesta que tiene
una parte física y otra emocional.
Los síntimas físicos no sustituyen a los mentales. Por ejemplo, si
pensamos que estamos en peligro y notamos que nuestro corazón late mucho más
rápido, lejos de sentirnos más tranquilos nos preocupamos más, creándose así un
círculo. La buena noticia es que podemos romperlo.
Es imposible estar nervioso y tranquilo a la vez. Si se está de una
manera no es posible estar de la otra. Si bien requiere cierta práctica
conquistar la capacidad de relajarse voluntaria y rápidamente, esta inversión
de tiempo posibilita enfrentar exitosamente varias situaciones estresantes y
temores.
La relajación es frecuentemente relacionada con la
meditación. Ambas han sido aprovechadas e investigadas científicamente. Sin
embargo no son lo mismo aunque tienen ciertos puntos en común. Implican
serenidad, concentración de la atención y un manejo beneficioso de los
pensamientos. Si te gustó este artículo sobre relajación, no te pierdas la
próxima entrega sobre los efectos psico-físicos de la meditación.